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Tipos de motores según la distribución de sus cilindros

Todos los amantes de los fierros tienen un espacio especial en su corazón

reservado para los motores.

Los motores son los encargados de dar vida a los vehículos, en los que ocurre esa

mágica mezcla de aire y gasolina para mover las ruedas. Un tema que da de qué

hablar, pues habrá diferencias de rendimiento según la estructura utilizada.

Cilindros en línea

La disposición más habitual en la actualidad es la de cilindros en línea. Es la construcción más sencilla y por lo tanto es también la más económica de producir y una de la que menos problemas mecánicos presenta. Los cilindros van todos alineados en la misma fila, por lo que tampoco pueden ponerse muchos cilindros para no aumentar demasiado la longitud del motor.

En el mercado la oferta es bien amplia y podemos encontrar bloques de este tipo desde los dos hasta los seis cilindros en línea. De mayor a menor: con dos cilindros encontramos el pequeño Fiat Twin Air de 0.9 litros (que ya probamos en el Fiat 500) y con tres cilindros ya hay más opciones en varias marcas (el 1.0 Ecoboost de Ford se llevó el premio al motor del año en esta categoría).

Por encima están los más populares, los de cuatro cilindros que están presentes en casi todos los fabricantes de coches a día de hoy. Aunque son pocos, también podemos encontrar algún bloque de cinco cilindros en línea, como el 2.5 TFSI que probamos en el Audi TT RS. De seis cilindros en línea, BMW es uno de los grandes abanderados con ejemplos tan buenos como el del BMW M4.

Cilindros opuestos (bóxer)

La disposición de cilindros opuestos, también conocida como motor bóxer, no es tan popular pero todavía se puede encontrar y cuenta con muchos seguidores. En este tipo de mecánica encontramos que los cilindros se colocan enfrentados en un ángulo de 180º. Esta disposición permite que la altura total del bloque se reduzca considerablemente (aunque la anchura sigue siendo notable) y se consiga un centro de gravedad bajo.

En la actualidad son solamente dos marcas las que apuestan por los motores bóxer. Subaru lleva más de medio siglo con estas mecánicas y se usa tanto en gasolina como diésel que van desde 114 CV del 1.6 atmosférico del Subaru XV hasta los 300 CV del 2.5 turboalimentado que equipa el WRX STI. En Porsche también se ha apostado por los bóxer, antes con mecánicas atmosféricas y ahora utilizando la turboalimentación. A lo largo de la historia ha habido otros bóxer conocidos como el dos cilindros del Citroën 2CV o los de doce cilindros de Ferrari.

Cilindros en V

Cuando hablamos de una disposición de cilindros en V, nos referimos a dos bloques enfrentados en forma de dicha letra del abecedario y que convergen en el mismo cigüeñal. La V puede tener distinto ángulo, yendo desde los más abiertos que pueden llegar hasta los 90-110º hasta los más cerrados como el VR6 de Volkswagen con apenas 15º de apertura. Esta disposición presenta menos vibraciones que un motor en línea, pero también tiene una mayor complejidad al tener que contar con el doble de árboles de levas.

Normalmente se utiliza esta configuración con motores grandes, siendo bastante populares todavía los V6 y V8 de varias marcas. Por encima también queda algún V10 como el del Audi R8 o del ya difunto Dodge Viper. El de los V12 es un terreno limitado a marcas de la talla de Ferrari, Lamborghini, Pagani o Aston Martin. Históricamente también han existido motores V2 (más en motos), V4 o V5 (curiosidad de Volkswagen).

Cilindros en W

La disposición de cilindros en W es una especie de evolución de la anterior. Se trata de una combinación de dos ‘V’ en tres o cuatro bancadas de cilindros y un mismo cigüeñal. En este tipo de construcción el ángulo suele ser menor que en los ‘V’ (más cercano a los VR) por cuestiones de espacio. La ventaja principal es que pueden transmitir una gran cantidad de par motor con mucha suavidad y sin vibraciones.

Comercialmente no es fácil encontrarlos, pues lógicamente su construcción necesita de muchos cilindros. Una de las rarezas más llamativas es el W8 que montó el Passat durante un tiempo. El Grupo Volkswagen también ha seguido utilizando el W12 en modelos como el Audi A8, Volkswagen Phaeton o Bentley Continental. El más extremo de estos motores es sin duda el W16 de los Bugatti Veyron y Chiron, una proeza técnica.

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